Si ociosa no, asistió naturaleza
Incapaz a la tuya, oh gran Señora,
Concepción limpia, donde ciega ignora
Lo que muda admiró de tu pureza.
Díganlo,
oh Virgen, la mayor belleza
Del
día, cuya luz tu manto dora,
La que
calzas nocturna brilladora,
Los
que ciñen carbunclos tu cabeza.
Pura
la Iglesia ya, pura te llama
La
Escuela, y todo pío afecto sabio
Cultas
en tu favor da plumas bellas
¿Qué
mucho, pues, si aun hoy sellado el labio,
Si la
naturaleza aun hoy te aclama
Virgen
pura, si el sol, luna y estrellas?
Luis de Góngora y Argote
Gracias a Marian Ruiz y María Ángeles Mayo Ramos por estar y prestarnos sus ojos.
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