Nos gustaría comenzar este curso
por una de las personas a las cuales el año pasado le costó mucho el no poder
salir bajo el Esperanza y besar la madera pero aún más no acompañar a su Virgen,
como lo hace desde hace 18 años detrás de ella viéndole su manto el cual le
guarda a él y su familia durante todo el año. Que os puedo contar de él, solo
deciros un apunte el cual me hace sentirme orgulloso de ser su amigo y
compañero, hace ocho años que acompaña a su hermano hasta los pies de la Virgen
de Lourdes, pero no solo acompaña a su hermano sino que esta con un grupo de discapacitados
ayudando en todo lo que puede. Ese es mi Camilo, Camilin como yo le llamo en
tono cariñoso y el cual en esa entrada tan deseada en la Catedral del Cristo de
la Esperanza leyó el Cuarto Misterio Doloroso a todos sus Hermanos de Costal. Y
que no se me olviden a esas dos maravillas que tiene por hijos Mario e Iker que
no se separan de el cuándo tiene que ensayar en los fríos domingos segovianos.
Camilo nos dice esto:
Yo desde muy joven siempre me ha
llamado la atención la Semana Santa y dentro de la misma los pasos su
representación en la calle. Con 13 años yo tenía la necesidad de hacer algo por
mi hermano, nadie en mi familia tenía ningún enlace con la Semana Santa, pero
yo necesitaba la necesidad de orar por mi hermano para que se curara.
Como comento, aparte de no tener
conocidos dentro de la Semana Santa y mi trabajo en el gremio de la hostelería me
hacía y me acotaba mucho el poder realizar una estación de penitencia en mi
ciudad y poderle pedir a la Virgen o al Señor por mi hermano.
Un día los médicos nos pusieron
muy mal una operación a mi hermano, esa operación a vida o muerte a mí me marco
mucho y paseando por José Zorrilla vi abierta la puerta de la Iglesia Santa
Eulalia, algo desde dentro me decía que entrase que esa necesidad de fuerza
necesaria para continuar luchando junto a mi hermano la encontraría dentro de
la Iglesia.
Entre a la Iglesia por la puerta
lateral izquierda, nada más pasar me encontré con la Virgen de la Soledad
Dolorosa, a la cual me arrodille a rezarla y entre lágrimas y pensamientos a mi
hermano le realice una promesa, la cual me la guardo.
La operación de mi hermano salió
bien y a la siguiente Semana Santa ya fui viendo el manto de mi Soledad.
Aquí empezó mi amor por la Semana
Santa y en el 2012 cuando ya conocía un poco de este mundillo y me enamoraba de
la Semana Santa Sevillana, Malagueña etc, veía esos paso cargados pero aquí en
Segovia no se podía ser cargador o costalero, y un día al encontrarme con mi
Hermano de Costal Carlos San Felix, me comento que se estaba preparando una
Cuadrilla de Costaleros para portar al Cristo de la Esperanza, yo no podía creerlo
mi sueño hecho realidad y en mi Hermandad, con una de las imágenes que siempre están
cerca de mi Soledad, yo tenía que luchar por un trocito de palo para pórtalo y ahí
que me presente, desde el primer momento me dieron mi puesto en la Iguala, y es
una de las cosas más bonitas que puedo hacer en esta vida. Y sé que desde que
lo porto desde mi cerviz, mi hermano y mi familia se encuentran mejor.
Lo peor de todo en estos años
aparte de no poder cargar este último año ha sido llegar en el 2013 mirando al
cielo desde mi casa y ver como no paraba de llover, el señor quería que no saliéramos
por algún motivo.
Cuando peregrinamos a Lourdes
junto a mi hermano y un grupo de discapacitados solo verles la ilusión en sus
ojos por ver a la Virgen, yo me siento pagado con lo más valioso del mundo, que
no es el dinero si no el cariño por aquellos que tienen una ilusión por la cura
de su enfermedad, de cada uno de ellos me acuerdo de cada paso que doy bajo mi
trabajadera y muchísimas lagrimas han caído por mis mejillas en esos momentos
tan bonitos vividos dentro de la cesta.
Es una emoción tan grande ser uno
de los elegidos que no se puede explicar todos los sentimientos que uno tiene
al portar el Esperanza, todos los sentimientos se despiertan en el momento que
escuchas el martillo y todas las esperanzas de mis amigos y familia.
Camilo Nuñez Sexta trabajadera del Esperanza
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