JUAN DE JUNI
Dictó su nuevo testamento el 8 de abril de 1577, y cumpliéndose su voluntad recibió sepultura en la iglesia del convento de Santa Catalina de Siena en Valladolid. En el convento hay un libro titulado Inscripciones de las lápidas que se conservan en el pavimento de la iglesia, debajo del entarimado en el cual, entre otros, menciona como enterrados a varios familiares de Juni y a él mismo fallecido entre el 9 y el 17 de abril de 1577.
(Joigny, Francia, 1506 – Valladolid, 10 de abril de 1577) fue un escultor franco-español.
Junto con Alonso Berruguete, Juni formó la gran escuela de la escultura castellana, con una gran y extensa obra realizada mayormente en los más de treinta años que permaneció en Valladolid. Eso le ha valido su presencia destacada en el Museo Nacional de Escultura, especialmente, y en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, entre otros lugares de la ciudad.
Presentó un gran dominio en los materiales escultóricos como el barro cocido, la piedra y la madera y un perfecto conocimiento de la anatomía humana.
Su oficio fue el de escultor, también denominado como "maestro de hacer imágenes" o como entallador que por misión tenía el hacer los elementos decorativos de fachadas, portadas o retablos, así también se dedicó a la construcción y al montaje de la arquitectura de los retablos a quienes se les llamaba ensamblador y como prueba de su oficio de arquitectura se sabe que realizó en el año 1565, en Valladolid, el Arco para recibir a la reina Isabel de Valois, conservándose aún el diseño de dicha obra.
Juan de Juni se formó en Francia y en Italia, de donde fue llamado por el obispo Pedro Álvarez de Acosta que era portugués, para construir el palacio episcopal de Oporto; después viajó a España hacia 1533, donde trabajó en León y participó en la realización de la decoración de la fachada del edificio de San Marcos con los relieves del Descendimiento y en la parte alta el de la Resurrección así como en el claustro con el altorrelieve del Nacimiento de Cristo realizado en piedra, también intervino en la obra de la sillería del coro. Se sabe que en el año 1537 estaba modelando unas figuras en barro cocido y policromado para la iglesia de San Francisco de Medina de Rioseco.
En 1540 recibió por parte del obispo de Mondoñedo fray Antonio de Guevara el importante encargo de ejecutar para su sepulcro del Convento de San Francisco de Valladolid, El Entierro de Cristo; antes había pasado por Salamanca para ejecutar el sepulcro del arcediano Gutierre de Castro (existente en la Catedral Vieja). Durante su estancia en esta ciudad cuando enfermó e hizo la redacción de su testamento el 26 de octubre de 1540 pero una vez repuesto se trasladó a Valladolid, para trabajar en ese encargo.
En 1545 los canónigos y parroquianos de la iglesia de Santa María de La Antigua le encargaron el retablo mayor que a pesar del largo pleito que sostuvo con el discípulo de Berruguete, Francisco Giralte, finalmente fue realizado y terminado por él. Su fama se fue extendiendo y no le faltaron los encargos ni clientela selecta: la Orden de Santiago para la sillería del coro de San Marcos de León; Pedro Álvarez de Acosta que entre otras obras le encargó el retablo mayor de la catedral de Burgo de Osma; para el obispo de Zamora, Antonio del Águila y Paz, su sepulcro en Ciudad Rodrigo.
A partir de 1577 y por razones de salud fue delegando en su hijo Isaac las funciones del oficio y administración de bienes
"Sepan quantos esta carta vieren... cómo yo Juan de Juni, escultor, vecino desta villa de Valladolid, morador, fuera de la puerta del Campo... doy mi poder cumplido a vos Isac de Juny, mi hijo, vecino desta villa, para que por mi... podais pedir e demandar e recibir e cobrar en juicio..."
Su estilo en la imaginería mantuvo el patetismo expresivo del arte borgoñón y sobre todo en la grandilocuencia de los paños de sus esculturas heredado del escultor gótico Claus Sluter, junto a la influencia de Miguel Ángel. Sus figuras son de correcto modelado, opulentas, carnosas, vivamente apasionadas, bien en la expresión de la dulzura, como la Inmaculada de la Capilla de los Benavente en Medina de Rioseco, bien en el acentuado patetismo de sus Dolorosas, tales como la Virgen de los Cuchillos. La intensidad emocional de sus imágenes y el agitado revuelo de sus ropajes han hecho que se le denomine como el padre de la escultura barroca española. Junto con Alonso Berruguete se le considera fundador de la escuela escultórica de Valladolid, que se extiende a lo largo del siglo XVI con estos y otros escultores, del siglo XVII, con Gregorio Fernández a la cabeza, y del siglo XVIII con Luis Salvador Carmona.
Aparece por primera vez nombrado en la ciudad de León, en 1535, época en la que hay una gran actividad arquitectónica con la construcción de San Marcos e importantes obras en la catedral, donde se requiere la profesionalidad de escultores. En esa década se encuentran en la ciudad, varios escultores franceses entre ellos Juni. El historiador Gómez Moreno fue el primero en afirmar la participación de Juni en los medallones de la fachada de San Marcos así como en algunos relieves de este mismo edificio; la mayor parte de los relieves de dichos medallones tienen un mismo estilo con el característico rostro levantado y un poco inclinado, la boca entreabierta y un hombro levantado, lo que hace pensar que si no los realizó todos él, sí estuvieron bajo su dirección. En uno de los dos tabernáculos de la fachada de la iglesia es donde se encuentra el Descendimiento, relieve en piedra en gran formato. Esta obra tiene un gran dinamismo y los cortes son agudos. Otro relieve, el del Nacimiento de Cristo, se halla en el interior del claustro con un estilo lleno de elementos clásicos, y la obra más importante en madera fue la realizada en la sillería también para san Marcos junto con Guillén Doncel,13 (se atribuye a Juni la sillería alta.14 ) Importante es la escultura de San Mateo, actualmente en el Museo de León, en barro cocido de color rojo, con una composición en hélice, de clara influencia de Miguel Ángel.
La Cofradía de Ntra. Señora de las Angustias y Soledad de León posee dos tallas titulares, ambas de Juan de Juni: La Virgen de las Angustias, una preciosa piedad; un yacente popularmente llamado "La Urna", al ir dentro de una urna dorada, procesionado en la Procesión del Santo Entierro.
En el año 1537 realizó unas imágenes de San Jerónimo y San Sebastián por encargo del almirante de Castilla para su capilla funeraria en el monasterio de San Francisco de Medina de Rioseco, realizadas en barro policromado y de tamaño natural. El grupo de San Jerónimo está compuesto por el propio santo junto con el león y un árbol seco. San Jerónimo se muestra medio cubierto con una túnica y con una anatomía extraordinaria viéndose los distintos planos musculares y el gesto de su rostro vuelto hacia lo alto con el cabello y la barba serpenteando. Remite sin duda al grupo del Laocoonte.15 Al lado contrario el grupo de San Sebastián; se encuentra el santo en medio de un soldado romano y un judío en una composición completamente simétrica.
Álvaro de Benavente mandó realizar una gran capilla de enterramiento para su familia en la iglesia de Santa María, empezando su construcción en 1544 por el arquitecto Juan de Corral, y la decoración en yeso policromado por su hermano Jerónimo de Corral. A la muerte del propietario de la capilla, faltaba el retablo, por lo que se acudió a Juan de Juni, ya vecino de Valladolid, en 1557, fecha en que se firmó el contrato con el escultor.
Segovia
Para la capilla de la Piedad de la Catedral de Segovia, en los años 1570 realizó un retablo con el Entierro de Cristo. Demuestra un clasicismo en la traza y un concepto escultórico mucho más reposado, de un Juni ya en plena madurez. El retablo carece de banco y tabernáculo. El grupo del Entierro en un gran altorrelieve está colocado dentro de un cuadrado central, a cuyos lados se encuentran dos intercolumnios corintios donde se hallan dos personajes con vestimenta militar y esculpidos de pleno bulto. Sobre el frontón del Entierro hay una pareja de angelotes desnudos que recuerdan a otros de Miguel Ángel. En la parte central del ático, dentro de un marco redondo, se encuentra un relieve del Padre Eterno sobre el cual se lee la fecha de 1571.
Palomino lo describe:
De Juan de Juni he visto una medalla de todo relieve en la catedral de Segovia, que es el Entierro de Cristo, de figuras del natural, que iguala a cuanto se ha visto del gran Miguel Angel; y tiene a los lados dos soldados caprichosamente vestidos y con rostro tan afligido que mueven a ternura y llanto.
La Piedad o el Entierro de Cristo. Madera policromada, anchura del retablo, 5,20 metros del relieve del Entierro 2,68 metros. Catedral de Segovia.
En el grupo del Entierro, la Virgen ocupa el espacio central y avanza hacia delante, descansando un brazo de Cristo sobre su rodilla; ambos brazos los tiene abiertos en señal de dolor. Cristo en primer término está colocado casi horizontalmente y se cubre con un pequeño paño, pudiéndose apreciar la magnífica anatomía de su cuerpo. Como en el Entierro de Cristo de Valladolid, se encuentran en total siete personajes, San Juan que se halla detrás de la Virgen con muestras de dolor en el rostro, María Magdalena, que aguanta en una mano el frasco de perfume y con la otra sostiene el sudario; a su lado José de Arimatea, sentado, con los símbolos de la pasión, espinas, clavos y tenazas, al otro lado María Salomé que con una mano levanta su toca. Éste es un recurso muy empleado en el clasicismo, y junto a ella Nicodemo, que sostiene el cuerpo de Cristo por medio del sudario. A pesar de lo dramático del tema las líneas empleadas son curvas y dulces; toda la escena está colocada sobre el fondo pintado que representa la ciudad de Jerusalén.
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